Por una vez no voy a decir nada. Nada de nada. Paso. Estoy indignado. Como los perroflautas esos que se quedaban a vivir en la Puerta del Sol con tal de no dar un palo al agua e ir a trabajar y levantar este país, con nuestros maravillosos empresarios desvelándose por nosotros y casi regalándonos sueldos millonarios... pues como esos, no voy a decir nada. Coño ya.
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