Qué pesá que es la gente con Barajas, los aviones y la santa madre que los parió, ya están otra vez quejándose de los ruidos de los motores y que si los aviones les pasan por encima de sus cabezas y tal… ¡Pero si eso es lo más bonito que hay, copón!
Quién coño no ha deseado en su vida poder vivir en una gran urbe pagando a tocateja una insignificante cifra de 4 números por el alquiler mensual, en un piso de 55 metros cuadrados la hostia de chulo, sin reformar, con las ventanas cerradas a cal y canto para que no les entre el frío en invierno, el calor en verano, y la polución en cualquier época del año. Quién no ha pensado lo cojonudo que es estar en la gran ciudad, con todos sus coches las 24 horas, sus carreras por el metro para no llegar tarde al trabajo, sus precios nada abusivos y variedad de estrés. Quién no ha suplicado e incluso vendido su alma al diablo por vivir junto a un jodido aeropuerto y estar bajo la ruta de los vuelos…
¿Cómo? ¿Nadie? ¿Nobody else? (Lo sé, soy la hostia en verso con los idiomas; las que me han catado ya saben que soy un maestro con la lengua).
Bueno, pues ahora resulta que los piltrafillas que viven allí perdidos en el ojete del mundo, vuelven a ponerse en pie de guerra para quejarse de que si los aviones hacen ruiditos y que si blablablá, que si blublublú…
¿Pero cómo les van a molestar unas máquinas que vuelan a, no sé, tres o cuatro mil kilómetros de altura, copón? ¡Es imposible! ¿Qué pasa, que los bocachanclas que viven cerca de aeropuertos han desarrollado superpoderes y tienen superoído, como el tío ese de los gayumbos por encima del pantalón? Me refiero a Superman, carajo, quién narices ha dicho nada de Marichalar…
Yo creo que la peña se queja de vicio porque eso es como el que se va a vivir al campo y se queja de que se oyen jodidos pájaros cada mañana y le molestan canturreando ahí… Eso, copón, ya se daba por sentado al irte en mitad de la nada a vivir a una casucha de piedra, ¡pues lo de Barajas igual! En el contrato de alquiler (al que se lo hagan, que donde esté un “me cuelo en tu casa”, que se quite lo demás) ya viene una cláusula que lo especifica, lo que pasa que no me leéis bien la letra pequeña, mendruguines míos.
Además, que para la muchachada es de las mejores zonas. Con la de peña que pillan allí todas las semanas “pasando mierda de la buena”, lo tienen hecho; que si esconden unas piedritas en los mangos de los paraguas, que si “es que soy exportador de azúcar glass”, que si “estos cuernos no son de marfil, son imitación”… ah, no, eso no, coño.
Total, que vivir cerca de un aeropuerto son todo ventajas, hostias ya, que sólo sabéis abrir la boca pa ladrar y decir memeces sin sentido.
Y pa eso ya tenemos a nuestros políticos.
PANOCHO THE CLOWN
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