lunes, 31 de octubre de 2011

Esos tipos raros que visten tó de negro

¡No los soporto más, copón! ¡Es que no los trago, de verdad, es verlos y me hierve la sangre por las venas!

Que sí, hostias, que tiene que haber gente de todo tipo pero es que…

Yo creo que es su puñetera forma de vestir, que me saca de mis casillas. Todo el jodido día de negro de arriba abajo, con esas pintas. ¿Van maquillados o ese color de cara es natural de ellos mismos? porque tengo en casa una caja de tizas con mejor pinta, coño.

Y anda que donde viven también es canela fina; todo lleno de oscuridad, las paredes húmedas y hasta las trancas de telarañas y moho como mocarros de bebé colgando de sus enanas napias. Que no digo que se merezcan un chaletaco con vistas a la playa en Punta Cana, ojo, tampoco es para tanto, pero es que he vivido debajo de puentes que son más acogedores que las chabolas de esta peña. Es que eso de que tengan todo lleno de velas y esas caras tan serias, impasibles, que no sabes ni lo que piensan… qué repelús dan, coño, ¡para que luego digan que los payasos damos miedo!

Y miedo me da pensar qué comen porque, otra cosa no, pero están todos gordacos y cebaos como un pavo en Nochebuena, que necesitan un búmeran para ponerse el cinturón los mamonacos. No se matan a hacer ejercicio precisamente, vamos.

Además, ¿cómo coño se reproducen, por esporas? Quiero decir, esa gente… sólo se tocan entre ellos ¿no? ¿o hay riesgo de que se te acerque uno y te pase al lado oscuro? A ver si algún día por la calle me rozo con alguno y me contamina o algo, a ver luego cómo se lo explico a mi familia.

¿Qué? Que yo no tengo nada en contra de los chavales estos que van de Halloween todo el año, joder, que me caen muy bien ahí con sus uñas pintadas de negro y sus pelacos rollo “vengo de un concierto heavy con la niña del Exorcista”; con sus lentillicas de colorines, una con una calavera y otra con un pollo del Angry Birds ese y sus medias rotas y sus tatuajes en las nalgas…

A mí los siniestros me parecen una peña cojonuda, que se lo tienen montao de puta madre, ¡yo de los que hablo son de los señores esos que trabajan de negro con sotana encerrados en iglesias y conventos mugrosos!

Desde luego que sóis mal pensados… ¿Cómo iba un siniestro a ser tan raro como los otros, almas de pollo?



PANOCHO THE CLOWN

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