miércoles, 28 de marzo de 2012

A la vejez, viruela... y arrugas, kilos de arrugas

El otro día me encontré con un antiguo amor de juventud. Era una chica que conocí en la universidad, en cuarto año, cuando estuve estudiando... Bah, qué cojones más os da lo que estudia un payaso como yo.

Total, que va la moza y se me pone a hablar de cosas. Que si no sé qué de cuando éramos jóvenes, que qué bien me conservo (eso salta a la vista, joer, más por unas zonas que por otras... ya sabeis a qué me refiero, cachorras), que si le perdonase por haberme rechazado antes y que si nos tomábamos un café que nunca se sabe si podría surgir...

¿¿Que qué?? A mis cuarenta y pocos tacos, como dice Sabina el genio, ¿a mis cuarenta y pico quieres que te eche cuentas? Espera, coño, que se me nubla la razón (el periódico no, joder, que siempre estamos con lo mismo) y me expreso mal... replanteo la pregunta: ¿A TUS CUARENTA Y PICO AÑAZOS?

A ver si me entero. Nos conocemos en la facultad, a los 22 años. Tú tienes culito respingón, pechotes de talla noventa sin relleno ni copa siquiera ahí todo duros y tersos, unos labios rojos carnosos que mejor no te digo haciendo qué me los imagino, carita de muñeca con piel perfecta y morena, piernas delgadas y larguísimas para enredarse en ellas toda la noche hasta demostrarte lo que es una buena bocina de payaso y una lívido sexual por las nubes (posiblemente, eso me contaron el resto de los de la facultad por desgracia, incluido aquél profesor nuevo)... ¿y ahora quieres intentarlo conmigo?

Es decir, ex-conejita, ¿quieres que me quede con los restos? Porque, a ver, esto es muy brusco pensarás tú (la pura realidad, pienso yo) pero, después de estar "prendado" de la chica popular desde el primer día del primer curso y no conseguir echarle huevacos a decirle nada hasta el año antes a la graduación, después de pasar la vergüenza del rechazo porque, cito palabras textuales, "no te van los chicos con maquillaje de payaso fracasado" y después de que te hayas repasado a medio país le calculo yo a esta alturas... ¿justo ahora es cuando me buscas?



Que sí, que sigues con culito respingón, pero "respingón en 45 grados mirando a las baldosas del suelo"; y sigues con unas tetas de 90, pero de 90 de largo y escurridas estilo "ley de gravedad libre"; los labios siguen siendo rojos gracias al maravilloso rimel que llevas estampado en ellos y la cara de muñeca es cierto que la conservas... eso sí, has pasado de "porcelana" a "pepona"; las piernas ya no se aparentan tan largas con esas medias reductoras que están a punto de estallar y la lívido... bueno, he visto documentales de La2 que seguro que tienen más acción.

Que sí, que yo tengo cuarenta y largos y soy divorciado con dos hijos pero lo tuyo, cómo decirte... dejémoslo simplemente en que ahora me sienta mejor el maquillaje a mí que a tí.

Chata, la caza tenías que haberla planeado mejor que me parece a mí que has visto mucho cine. Que eso de que el tontaco feucho (hoy día se llama pagafantas, como si antes no os pagásemos el ponche del guateque de fin de curso, no te jode) te vea pasar de po... pulares en populares entre tanto deportista cachitas y la vida le recompense al final, no existe. Aquí de lo que se trata es de haberte metido gañote en tus años mozos, cuando aún estabas potable, y no ahora que eres la versión MS-DOS de aquél pivón.

Eso sí, si tienes el teléfono de tu hija adolescente a mano tal vez podamos llegar a un acuerdo. Aunque sea que ahora me pague ella el ponche a mí.


PANOCHO THE CLOWN

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