Si os digo la verdad, fiel Séquito del Tercer Pernal, estoy la hostia de contento con esta noticia. Llevo "tamadre" el tiempo ya diciendo que esto tenía que ser así, que mi querida España (esta España mía, esta España nuestra) no podía y, muchos menos, se merecía estar en una situación tan desagradable y que tanto daño nos estaba causando a todos, desde el chavalín más pequeño al viejuno más arrugao.
Han sido demasiados años que, mes tras mes, el patio se ha ido poniendo cada vez peor y más lleno mierdaca. Que, al principio, sólo había suciedad en los rincones pero, copón no hay que ser muy listo para saberlo, era sólo cuestión de tiempo para que todo saliera a flote y fuera necesario un rescate en toda regla.
Por culpa de anteriores legislaturas tan permisivas hemos llegado a este punto y, qué carajo, seguro que hasta los de ahora también tienen parte de la culpa, que nadie es perfecto menos yo, que lo soy mucho y en todo mi esplendor. Sea como sea, me encuentro payasilmente feliz con que por fin nos rescaten y nos saquen de toda esta puñetera... ¡invasión de extranjeros, coño ya!
¡Pero cómo se ha podido permitir, joder, que durante tantos y tantos años hayan estado entrando en nuestro perfecto país puro e impoluto miles de chinorris, centenas de miles de panchitos, millones de extranjeros, decenas de millar (ah, eso no, joder, que me lío), tanta gentuza que lo único que han hecho ha sido venir a robarnos el trabajo y a nuestras hijas y mujeres!
¡Aquí, en España, que siempre se ha defendido lo nuestro a capa y espada, el producto nacional y punto! El chorizo de pueblo, el puchero de la abuela, las lentejas con el pelo que se le cayó a tu madre dentro cocinando y que siempre toca en tu plato... Y ahora... Ahora todo es comida asquerosa venida de fuera: los restaurantes chinos con su plato de "ternera con almendras" hecha con carne de rata (española, eso sí), los kebap esos raros que, lo muerdas como lo muerdas, se te esparrama toda la jodida salsa y te pringa cual bukake, el pan tumaca ese raruno con el tomate frotado en la barra de pan y el aceite que... Euh, esto también es un plato del extranjero, ¿no?
Y no sólo de mala alimentación hablamos. Desde que nos invadieron (con Felipe y Fraga vivíamos mejor...) la ropa que tenemos aquí es una full como un piano de grande.
Antes teníamos trajes elegantes que nos estilizaban y nos daban un caché superior a cualquier otro tiparraco de Europa pero ahora... ¿Ahora cómo carajo quieren que se vea a nuestra población estilizada si lo más que miden estos tíos que vienen de fuera es 1,52 metros, copón? ¡Por mucho que estilice el traje, parecen un puñetero playmobil tuneado! Por culpa de eso, además, la industria textil se está yendo a hacer puñetas porque, los tíos listos, van a tiendas de adolescentes y se compran la ropa de la primera comunión, que es la que les viene bien de talla.
Así que, desde aquí Marianico, te doy las gracias por rescatarnos y pedir ayuda a Francia, Alemania, EEUU y toda esa peña, que esto ya era una plaga bíblica y hacía mucha falta quitarse a la gentuza de este país de encima.
Porque... de eso se trata todo el tema este del rescate, ¿no, Marianoniano?
PANOCHO THE CLOWN
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