Mira que hacía tiempo que no usaba mi coche. Yo es que tengo un truco: lo subo a la acera y le pongo una nota que diga “vuelvo en 5 minutos”, luego lo dejo ahí varios días hasta que la grúa se lo lleva al depósito, por la noche rompo la alambrada, “me robo” mi propio coche y así cada mes. Ahorro en multas y en gasolina.
Total, que anoche recuperé mi super Renault 5 y me metí en autovía dispuesto a disfrutar del paisaje a esas ridículas, pero pensadas de buenas fe, velocidades ¡y ya han vuelto a meter mano a los disquitos de las narices!
Pero a ver, señores gobernantes, si la cosa ya estaba bien. ¿Para qué coño queremos correr a 120 por hora si así no se disfruta de los placeres de la carretera? Un campo verde, un lago con patos, una montaña a lo lejos llena de nieve, una buena mamada de la autoestopista que acabas de recoger… ¡lo normal, vamos!
Lo gracioso, tan gracioso que me parto el ano y el escroto sólo de pensarlo, es esa coincidencia absurda de que, justito ahora que ya podemos correr cercanos a la velocidad de la luz con nuestros 120Km hora, el combustible suba entre 4 y 6 céntimos más.
Joder, qué puntería ¿eh? Suben la velocidad máxima y el precio, justo cuando la plebe más se mueve con las vacaciones, ahí de un lado para otro como borregos sudorosos pegándose por unos restos de paella reseca del chiringuito a 15€ el plato individual…
¿Y el otro límite? ¿para qué lo quieren bajar? El del resto de carreteras digo, que lo quieren pasar de 100 a 90 kilómetros hora. Esto va a ser como los informativos en verano que, como no tienen ni una puñetera noticia buena que llevarse a la boca, se sacan gilipolleces de la manga para que tengamos algo sobre lo que darle el coñazo al camarero del bar, mientras nos emborrachamos y le potamos media barra antes de que vuelva a vetarnos la entrada.
Si es que es la hostia. Todos los años dan las mismas noticias.
Que si los pantanos de España están bajo mínimos (a pesar de que cada invierno llueve
más que el anterior y hasta se inundan calles y poblachos enteros); que si en las fiestas de Tocateloscojones de Arriba, un chavaluco que iba hasta las trancas de todo, se ha metido en la plaza de toros y le han endiñado no-sé-cuantas cornás (pero el próximo año, en vez de aprender la lección y aumentar la seguridad, caerá el hijo de la vecina); que si los basureros se ponen en huelga en la playa de Suputamadre City y apesta que te cagas (ya será menos, mamones, que lo que queréis es que no se os espanten los dos guiris que van cada año a que los “sajéis” en los chiringuitos); que si Ana Obregón ha hecho otro posado y nos ha hecho vomitar al verla como cada verano; que si PlanetaAgostini sacan otros 56 coleccionables nuevos a 1€ la primera entrega y (¡tan sólo por!) 19,95 el resto…
¡Coño, cada una peor que la anterior!
Todo esto sí que da miedo y no las tetas recolgonas de mi ex mujer, que le cuelgan tanto que tiene hasta moratones en las rodillas…
PANOCHO THE CLOWN
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