jueves, 15 de septiembre de 2011

Mamá quiero ser artista. Llévame a GH

Malditos niñatos famosetes de medio pelo… ¿Pero quienes se han creído que son?

Es una vergüenza (¡una vergüenza! ya os podéis hacer idea de hasta donde alcanza mi indignación para escribir de esa manera tan correcta) a dónde ha llegado la gilipollez humana (hala, ya se me pasó).

Si yo llego a saber que el futuro no era vestir con trajes de papel de plata, ni que íbamos a tener coches voladores, ni que alguien iba a inventar a la mujer de cuatro tetas, si lo llego a saber, no vengo.

En mi época (no hace tanto, joder; y sí, ¡Fraga ya había hecho la comunión!) el que se hacía famoso se lo curraba de verdad, qué cojones. Ahí estaba Bertín Osborne, con esa pose de galán seductor de abuelitas; Camilo Sesto, con su voz varonil; y teníamos al Consorcio, con sus canciones esquivando la censura… “el chacachá del tren… que gusto da viajar…” ¡pandilla de salidos! ¡Si lo que estaban diciendo en la canción es que echar un casquete en transporte público es la hostia!

En los 70 y 80… eso sí que era cojonudo. Que si el McNamara ahí con Almodovar exigiendo ser madres… Joder, qué cuadro, si el Sloth de Los Goonies, el feo ese que hablaba raro (el chino no, joder, el gigante con cara deformada), hasta ese tendría hijos más guapos que el de estos dos juntos.



Los 90 con New Kids On the Block, que yo los repudiaba más que a la fabada que nos preparaba mi suegra cada semana cuando íbamos a su casa, pero mis hijos estaban encantados con los guaperas esos. Eso mi niña; mi hijo con las Spice Girls de los cojones ahí cantando todo en playback con las voces de cantantes de verdad que no eran ellas. Y los maravillosos Locomía, que por fin el pavo que inventó el abanico gigante supo qué cojones hacer con él a parte de metérselo por…

¿Los años 2000? Ahí fue el boom de Tamara “la mala” (bueno, qué cojones de Tamara en general, que manda cojones también la otra), la tipa esa que se tuvo que cambiar a Ambar el nombre para seguir tocando los huevos con el “no cambié, no cambié” ese tan original; La Karmele con su “Tsunami”, que ya podía habérsela llevado arrastrando a otro continente y otros tantos que, de tan efímeros, ya ni me acuerdo.

Vamos, grupos cojonudos, ya digo. Pero ahora… El niñato ese del Bieber, que el día que me lo cruce por la calle le meto un hostión que le cambio el flequillo de lado; la LadyGagá, que el día que vista normal, se le vacían los conciertos; y el puñado de niñatillos esos salidos de Operación Truño, que se metieron todos allí pensando que iban a ser la hostia de famosos hasta que enchufaron a la presentadora estrella de la cadena y hundió un formato televisivo después de 11 años en antena (manda cojones, mochuela, menos mal que con esas tetazas no hacía falta estar pendiente de lo que hablabas).

Estoy pensando que voy a sacar un disco con mis canciones favoritas versionadas en eructos y pedacos. Total, con la de payasos que hay ya en el mercado, por uno más no creo que se note…

PANOCHO THE CLOWN

3 comentarios:

  1. JAJAJAJA AVISA CUANDO TU DISCO SALGA AL MERCADO JIJIJII

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  2. Superventas seguro... qué digo superventas, ¡suuperdescargas! Lo más de lo más. Y luego directo a Eurovisión, a perder como siempre, pero pasándolo bien. XD

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  3. Se te ha pasado Bustamante. Aunque ya sé que lo suyo no es música, sino más bien terrorismo.
    Y lo curioso es que alguna gente se lo tragan y todo.

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