lunes, 22 de agosto de 2011

Anda ya con el "tontolabici"

¡Anda ya al carajo con el carril bici, hombre!

¿Pero de donde coño se han sacado esa mierda de invento? ¿Para qué vale, eh? A ver, ¿para qué sirve? Pues para joder al resto del personal y punto.

Antes podías pasear con toda la tranquilidad del mundo sin tener que arriesgarte a que ningún niñato imberbe te arrollara por la acera y se te llevara por delante. Que te cruzabas con la jodida vieja de turno apestando a naftalina y hasta podías darte el lujo de cambiarte de lado para que no te contagiase nada.



Ahora, como intentes pasear a tu rollo con tus pensamientos puestos en el culo respingón de tu vecina quinceañera, te ves de pronto haciendo un quiebro porque se te echan encima tres zagales con la bicicleta, seis más con patines de línea y otros cuatro con monopatín que parece aquello una jodida estampida de ñus en celo.

-Es que es bueno pa la naturaleza, es muy ecologista…

Sí, y pasear desnudo por mi barrio también lo veo muy natural pero ya me han multado dos veces, no te jode.

Con lo bien que se está con todo lleno de coches gastando gasolina ahí a cascoporro, que eso deja un montón de pasta al estado, joder, parece que no penséis en los demás. Que, si ahora nos diese a todos por ir en bicicleta a cualquier lado, estaríamos mandando al paro a un montón de peña currante de la buena: los fabricantes de coches, los que te lo venden en los concesionarios, los que te lo llenan de mierda en los semáforos diciendo que te lo limpian (por sus santos cojones y por mucho que les digas tú que no y te bajes a partirles las piernas), los que te echan la gasolina…

Ah no, espera, esos no. Que desde que se instauró esa maravilla del “pasa por caja y paga para que tú hagas algo que debería hacer yo” tampoco es para tanto.

Esto es como si, yo qué coño sé, como si vas a un restaurante estilo autoservicio y, después de ponerte tú todos los platos hasta arriba y repetir tres veces, te quisieran cobrar por no hacer nada y sólo quedarse mirando cómo comes. Ah, que eso ya es así, vale.

Bueno, pues es como si yo fuera a un club de esos de carretera, ahí en el kilometro 64 a la altura de la a-42 (que no lo he hecho nunca, dios me libre), entrase, eligiese a la señora de turno, me la subiese a las habitaciones y, al terminar, me pidiese pasta… ¡pero si no ha hecho nada, si el que ha estado empujando ahí el minuto y medio entero he sido yo mientras ella contaba las manchas de las sábanas!

Total, que no entiendo lo del carril bici. Y mucho menos lo de que se puedan alquilar bicicletas en las grandes ciudades, que las alquilas en un punto y luego las puedes dejar en otro atadas y santas pascuas. ¿Pero cómo coño se puede ser tan tonto? ¡No las alquiles, hombre de dios, si no hay nadie vigilando! Tú llegas, la pillas en el primer punto, das los dos euros o cuanto coño cueste… ¡y luego la mangas y te la llevas para casa, joder!

Hum… hablando de joder, tengo muy desatendida últimamente a Lucy, mi muñeca hinchable
basada en Carmen de Mairena… Me vais a perdonar pero esto es urgente.

PANOCHO THE CLOWN

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