lunes, 25 de julio de 2011

Aquí hay temita, ohh, sí, ohh, sí

Que me apunte a un gimnasio me dice el niñato, ¡que me apunte a un gimnasio!

Pues al gimnasio se va a apuntar tu madre, so mamón. Se van a apuntar tu madre y su culazo, que lo tiene tan gordo que le tiene que pagar una matrícula aparte para él sólo.

No estoy tan mal para mi edad. Es decir, conozco a hombres que están peor que yo y ahí siguen, nadie les presiona para tener que pulir y esculpir su cuerpazo grasiento formado a base de esfuerzo y muchas grasas saturadas en tapas de bar. Conozco a muchos. Bueno a dos y, en realidad, uno de ellos es Aida Nizar, vamos que no es un tío... o sí, yo qué coño sé.

Sea como sea, el caso es que me repatea el deporte nacional de este país. España no es el país del futbol, de los toros, o de carreras de sacos cargando con tu suegra en brazos (que eso sí que es deporte de riesgo y no el puenting). El deporte por excelencia del españolito medio (entre los cuales, por supuesto, no me encuentro; recordad que soy vuestro nuevo Dios del Pollardón Reventón), es el critiqueo. Y punto.

La putada de esto es el punto de vista de las personas. Las opiniones son como los culos, todo el mundo tiene uno.

Y algunos lo tienen más lleno de mierda que otros, claro.

¡Cagontóloquesemenea! Pues no que Pascual, el hijo de la del tercero izquierda, el que estaba con la “Bocabuzón” (creo que sobran las explicaciones del mote ¿no? ¡le cabían las pollas de tres en tres a la jodía!), bueno pues ese, con lo machote que era… Que si se había apuntado a la legión ahí con dos huevos, que si se había tatuado “Amor de madre, padre y lo que se tercie” en el escroto con Bic Naranja (que duele que te cagas, acordaos que es el que escribe fino), que si había dejado embarazada a las trillizas tetrapléjicas del pueblo la noche de la verbena, que si cuando andaba por las playas nudistas iba dejando un surco en la arena (mira, coño, sin haberlo querido me ha salido un “pareído”), bueno pues ese, el Pascual, ya no es Pascual ¡ahora es Pascuala!


¡Bbuarj! Perdón, sólo de recordarlo me ha venido otra arcada…

El jodío por culo, con la de veces que jugábamos juntos en el patio de casa a “churro, media manga, manga entera”, ahí saltando a caballito encima de mi trasero prieto y respingón ¡y ahora resulta que el tío era más bujarra que un palomo cojo!

Me siento culpable. Obviamente mi gran atractivo sexual, mi sex appeal, el dulce néctar de mi flor y mi gran tranca que compite en el Guiness directamente contra el Burj de Dubai, contribuyeron a que el que fuera mi buen amigo, cayera en desgracia en una enfermedad tan peligrosa como esa…

Total, que me voy ya, que eso del criticar está mal y punto. Que la gente tiene que querer los unos a los otros… Así que ya sabéis, mozas, quererme mucho. A todas horas; por el día, por la noche, en tu casa y en el coche, a lo guarrona con el freno de mano si hace falta. Quererme. A mí, a mi pepinaco y a mis lorzas, que aquí hay mucho para repartir y tengo metros de sobra
para todas…

PANOCHO THE CLOWN

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