jueves, 14 de julio de 2011

Cooking con Panocho

No entiendo por qué la gente se empeña en aprender a cocinar, ¡pero si no hace falta!

Que si el Telepizcha ese, que si las croquetas congeladas del Día% y poco más. A ver, que yo me defiendo, soy un hombre de mi casa… Unos huevos fritos con mucho pan pa mojar, que eso ayuda, o un jodido sándwich de jamón y queso, o hasta un buen paquete de salchichas de esos de 30 céntimos hasta arriba de mostaza ¡y te montas un menú cojonudo! Eso sí, la birra bien fría y unas botellas del lambrusco doña Emilia o su puta madre, que no falte, que ayudan a bajarlo todo y te aseguran una buena curda de esas para marcar en el calendario y contarla a los nietos.

Para eso sí que servía mi ex mujer ¿no ves tú? para cocinar. Para cocinar y para chuparla, que era una máquina de tragar la tía… o eso me dijo el cabrón que me le levantó, a mí no me tocaba ni con un palo desde lejos.

Total, que con la presión de ser un máquina a nivel gastronómico a la par que sexual, me he puesto a ver al Arguiñano y su programita de recetas místicas por si pillaba algo… ¡Este tío es la polla! ¿y esos platos que se monta? ¿Dónde coño han quedado las recetas de albóndigas de las abuelas?

Me pongo delante del jodido televisor, con mi libreta llena de lamparones de… bueno, de a saber qué cosa, intento tomar notas ¡y no me entero de nada!

Va el notas, se marca unos chistes patéticos de esos suyos (joder, espero que por lo menos le paguen al becario de guionista ese que tienen antes de lapidarlo como castigo) y dice “Hoy vamos a aprender a cocinar ensalada de txangurro al estilo camerunés” ¡y se queda tan pancho, que no panchito, ojo!

Ponemos unas hojarascas de lechuga verde esparcidas en el plato y, luego, le añadimos
lechuga roja, cebollinos y zanahoria cortada en juliana. A mí la tipa esta que no me toque los cojones, me da igual si el plato lo monta la Juliana o Lolo Ferrari, que el que se lo tiene que comer soy yo, hostias… Bueno, el caso es que luego, ahí al medio, en plan donde caiga, le metes el changuarro ese o como se llame y lo riegas con una vinagreta de vinagre, cebolla, pimiento y perejil. ¡Hostia, Arguiñano, qué original, perejil!

¿Sabes lo que me pasó con tu maravilloso invento de las narices, majete? Que me bajé a comprar los ingredientes al tendero de mi barrio, don Isidro, el veterano de guerra afiliado del Partido Popular; cuando le pedí la lechuga verde, la zanahoria y los cebollinos todo cojonudo pero, cuando le pedí el resto, tuve que salir cagando hostias mientras me tiraba la botella de vinagre abierta a la cabeza gritando “¡changurra será tú puta madre, so mamón, pedirme a mí una lechuja roja el tío joputa!”.

Me vuelvo a las empanadillas congeladas…

PANOCHO THE CLOWN

No hay comentarios:

Publicar un comentario